Se puede decir que lo detuvieron el 10 de mayo. Se puede detallar que un juez federal lo procesó por «encubrimiento agravado», acusado de ayudar a un narco policía, prófugo gracias a él. Se puede agregar que el mismo juez lo excarceló y también que el 11 de agosto la Procunar le pidió a la Cámara Federal de Rosario que lo vuelva a detener. Tienen miedo de que se escape o entorpezca la investigación sobre una célula de la banda de Los Monos.
Se puede decir todo eso del personaje de esta nota… pero no su nombre. Y menos aun publicar una foto en la que se lo pueda identificar.
La razón: el sospechoso es agente de la SIDE (ex AFI ) y aún está en etapa de chequeo si, como sostuvo él mismo, estaba a cargo de la sede Rosario de la agencia nacional de inteligencia. Por lo pronto su estrategia de defensa se basa en sostener que estaba cumpliendo una misión cuando hizo los actos que se le reprochan.
Cinco veces la Justicia federal le preguntó por oficio a sus jefes en «La Casa» -como algunos le dice al organismo de inteligencia- cuál era exactamente el vínculo contractual del sospechoso. La última contestación -a cargo de la División Asuntos Jurídicos- fue que era agente pero, de forma cortante, agregaron que, para obtener más datos, los fiscales debían fundamental mejor su petición.
Pese a todas las trabas cuando alguna investigación roza a la SIDE, el espía fue procesado por el juez Marcelo Bailaque. En su contra pesaron los chats que se encontraron en su teléfono celular secuestrado el 6 enero, unos meses antes de su detención. El aparato fue peritado frente a un apoderado de la Secretaría de Inteligencia y de él se tomó solamente la parte estrictamente pertinente al expediente.
Armas y municiones secuestradas por Gendarmería el 10 de mayo. El espía es fanático de la caza mayor.Abogado, 52 años, fanático de la caza mayor, en su domicilio se secuestraron municiones y armas al parecer no declaradas. De forma paradójica, en 2015 estuvo al frente de la seccional rosarina del Registro Nacional de Armas (RENAR). «En Rosario hay una combinación explosiva entre armas y drogas«, declaró por entonces a un diario. Es la única nota que sobrevivió al filtro de la ley de inteligencia que prohíbe revelar la identidad de sus agentes. Por eso en esta nota solo se lo identificara como el «Señor J» por la inicial de su apellido.
Narcos y más narcos
Las sospechas que recaen sobre el «Señor J» son graves: «Haber ayudado a integrantes de una compleja organización criminal ligada a ‘Los Monos’, como ser el caso de Leandro ‘Pollo’ Vinardi, quien, pese a encontrarse detenido en una unidad penitenciaria de máxima seguridad, continuó organizando maniobras de tráfico ilícito de estupefacientes a través de Guillermo ‘Chupa’ Sosa y éste con la participación en la empresa delictiva de Juan José Raffo, ex integrante de la Policía de la Provincia de Santa Fe, también condenado por integrar parte de las facciones de ‘Los Monos’», dijeron los fiscales de la Procunar Diego Iglesias, Martín Uriona y Matías Silabra al apelar la de excarcelación del espía.
El policía prófugo Juan José Raffo en los tiempos en los que denunciaba actos de corrupción en la fuerza.Raffo, que hace años se hizo famoso en Rosario por denunciar actos de corrupción dentro de la Policía local, fue condenado en 2018 en una causa contra «Los Monos» y se encuentra prófugo desde marzo de 2023. Todo estaba planeado para que cayera en una redada organizada sobre un asado que policías y ex policías rosarinos iban a tener en la casa de un ex efectivo. Pero según los fiscales, Raffo fue advertido del peligro que corría.
De acuerdo a la investigación de la Justicia federal, quien lo ayudó a escapar no fue otro que el «Señor J». En el análisis de los celulares se comprobó que ambos tenían un fuerte vínculo, al punto de que la casa que el espía alquila como vivienda en Rosario pertenece a Raffo.
Guillermo «Chupa» Sosa, el barra al que protegía el policia Raffo, amigo del espía de la SIDE.En el contexto de la connivencia entre las bandas narco de Rosario y la policía local, Raffo no es un personaje menor. En la causa por la que está prófugo se lo acusa de proteger y mantener informado a Guillermo «Chupa» Sosa, barrabrava de Newell´s. Sosa, detenido en 2022, está acusado de matar en una interna barra a Nelson «Chivo» Saravia, acribillado en octubre de 2021. El «Chupa» también se dedica al tráfico de cocaína como ladero de Leandro «Pollo» Vinardi, líder de una de las células de Los Monos.
El «Señor J» también aparece involucrado en un oscuro episodio que tiene como protagonistas al ex policía Raffo y a un fiscal provincial. El narco-policía fue filmado usando el auto del fiscal y, antes de que las cosas se le complicaran, el funcionario judicial decidió mover y se presentó ante los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra.
Qué dijo entonces: que un amigo suyo le había advertido que la Procunar lo estaba investigando, pero le aseguró que no se preocupara. «Yo te lo arreglo. A nivel nacional me hacen caso», le dijo en una conversación en la que no sabía que estaba siendo grabado por su interlocutor.
AS