Riquelme es el presidente más votado en la historia del fútbol argentino y los números oficiales le dieron el triunfo por 30.318 sufragios contra 15.949, pero el domingo decidió no hablar ante los cerca de diez mil hinchas que coreaban su nombre en el playón que da a las vías y los numerosos medios presentes y se refugió junto con su familia, sus allegados y el grupo de ex futbolistas que trabajan en el Predio de Ezeiza a comer un asado en los quinchos ubicados en Casa Amarilla.
Ahora, se verá si este martes o el miércoles se realiza la ceremonia en el salón Juan Filiberto de la Bombonera, donde Jorge Ameal le dará su mando a Román, tras el contundente triunfo sobre la lista de Andrés Ibarra y Mauricio Macri.
El presidente saliente no estuvo presente en la campaña electoral, sólo lo hizo el día de la marcha al estadio para que se vote el domingo 3 de este mes.
El domingo, votó muy temprano y estuvo un tiempo en el búnker oficialista, donde esta la terminal del colectivo 53 por la calle Irala, para luego retirarse a su hogar.
La idea es que Riquelme como presidente siga en Ezeiza, como base de su gestión y la parte administrativa la dirigirán Rosica y Ameal en ese orden, desde Brandsen 805.
Después de asumir el nuevo mandatario tiene tres objetivos: terminar de arreglar la llegada de Diego Martínez como director técnico, empezar a hablar con los vecinos ubicados en la calle Del Valle Iberlucea para tratar que vendan sus casas para poder agrandar el estadio Alberto J. Armando, y tratar de convencer a Carlos Bianchi que se acerque a la gente del fútbol profesional para que de una mano.
El tema a resolver para que Diego Martínez sea el nuevo entrenador pasa por destrabar su salida de Huracán, donde le quedan seis meses más de contrato.
Este conflicto hace que el objetivo del ahora presidente de Boca de comunicar al flamante director técnico el día después de ganar las elecciones, tal como lo había comentado en su momento, no se pueda concretar.
Martínez cobró un dinero por adelantado al momento de iniciar su ciclo y, ahora, el «Globo» quiere recuperar parte del monto, que no contemplaba una salida antes del año de contrato.
Se estima que entre este martes y el miércoles puede haber novedades sobre el técnico, quien renunció días atrás después de recibir el llamado de Riquelme.
En lo que respecta a su acuerdo con el «Xeneize», ya está todo encaminado y no será un inconveniente que retrase la asunción, dado que en los últimos días desde el Consejo de Fútbol estuvieron avanzando en las negociaciones justamente para llegar a esta instancia bien parados. En principio, firmaría un vínculo por dos años.
En cuanto a la refacción de la Bombonera fue uno de las promesas de campaña de Román y según le dijeron allegados al «10» a Télam el mismo se pondría a la cabeza de esa gestión.
En los cuatro años de Jorge Ameal la idea era realizar la Bombonera 360, quien estaba a cargo era el vocal el arquitecto Carlos Navarro, quien ahora no pertenece a la nueva comisión directiva.
Más allá de algunos arreglos estructurales en las plateas y en los sectores generales no se pudo llegar a ninguna solución de fondo más que presentar el 22 de agosto pasado un proyecto en la Legislatura Porteña de ampliación del estadio.
Y el tercer punto es tratar que Carlos Bianchi vuelva a estar vinculado con Boca, después de ser despedido como técnico por la presidencia de Daniel Angelici en agosto del 2014.
Ya hubo dos charlas entre el «Virrey» y Riquelme según le dijeron a Télam allegados al técnico más ganador del fútbol argentino, hubo un acercamiento con su hijo.
Al ser el nuevo mandatario «Xeneize», Riquelme dejará de ser el presidente del Consejo de Fútbol y Bianchi podría ocupar ese lugar.
Por último, el plantel profesional esta licenciado hasta el 26 de este mes y existe la posibilidad que se prolonguen las vacaciones hasta el 2 de enero próximo.