«Hemos soportado más de 60 y pico nudos y rachas de viento de casi 120 kilómetros por hora«, relató Ofelia Hentschel, exconcursante de la novena edición de ‘Masterchef’ el reality de cocina de RTVE, desde Ibiza. La cocinera fue el miércoles una de las personas que vivió desde dentro el temporal que ha azotado a la isla, al estar embarcada en un catamarán desde el momento en el que empezaron el vendaval y las fuertes lluvias.
Hentschel y sus compañeros de navegación, que estaban fondeados en la zona de es Jondal en el momento en el que la dana llegó a Ibiza, fueron compartiendo todos los momentos de la tormenta. El grupo fue relatando, como en un cuaderno de bitácora, las partes más críticas del temporal a través de stories en sus redes sociales.
«Pedro, uno de nuestros compañeros, tiene todo el cuerpo marcado de granizo», contó la concursante, desde el mismo catamarán sobre el que vivieron la tormenta, este miércoles a Noticias Cuatro. «Ha sido una tormenta grande? Sí. ¿Tendría que haber tantos barcos varados? No», continuó.
Falta de previsión
En ese sentido, Hentschel, lamentó la falta de previsión de algunos patrones.»El problema fue que se enganchaban anclas con anclas y los barcos empezaban a golpearse, todo el mundo garreando [arrastrando el ancla]…», relató la joven.
Todo esto —continúa explicando— porque los patrones de algunas embarcaciones se empeñaron en que para mantener la seguridad, la medida más adecuada era mantener los barcos lo más cerca posible unos de otros o de la costa.
Ella y sus compañeros recibieron, por otro lado, insultos e improperios (como comparte en Instagram) por parte de las personas que estaban embarcadas en un yate cercano, al pedirles que no fondearan «encima» de ellos al considerar que tenían «cadena suficiente para ir un poco más lejos y no caerse encima de los barcos pequeños».
«En estos casos no se insulta», consideró la semifinalista de ‘Masterchef’, quien se mostró, además, muy crítica a lo largo de todo el temporal con las personas que le recomendaban que bajaran a tierra y les advertían de que las condiciones meteorológicas iban a ir a peor.
«Mucha gente me repetía: ‘Alerta roja, alerta roja’, y que buscáramos un amarre (pagando 2.000 euros), que ni siquiera había», cuenta en una de las historias que compartió ayer. Hentschel rechazó públicamente estas recomendaciones y el discurso de quienes pretendían meter «miedo, ansiedad y angustia» a las personas que se quedaban en el mar durante la dana por decisión propia.
La concursante manifestó más tarde en muchas de sus historias en la red social que es una «amante del mar» y se puso en el lugar de la gente que vive, por ejemplo, en un chárter, y cuyo estilo de vida implica aguantar este tipo de tormentas. Parte de los compañeros de Hentschel sí tomaron la decisión, antes de que estallara la tormenta que estaba prevista por la noche, de subirse a una zódiac para que los desembarcara en suelo ibicenco y poder dormir, así, en un hotel, más alejados del peligro.