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Resistencia
16 noviembre, 2024

«Querido Gino»: una madre, un hijo y un campeonato del mundo

Es casi imposible escribir esto, de milagro no morimos de un infarto, pero voy a intentar dejarte algunos recuerdos. Vivimos la mejor semana de nuestras vidas, hijo. Argentina estuvo en un éxtasis porque el fútbol fue un combustible de alegría. Sucedieron episodios que demostraron que con tantas emociones compartidas no queríamos que esta semana terminara nunca. Para que te des una idea, un grupo de locos eligió cantarle a una abuela y eso se convirtió en cábala, aunque la mujer no fuera abuela”.

Ayelén Pujol es periodista. Es futbolista y futbolera. Es mamá. Cuando estuvo por la redacción de Clarín como pasante, hace 20 años, enseguida mostró dos de sus talentos: buena pluma y conocimientos futboleros. Dos décadas después, nació Gino, el 18 de octubre de 2022, 61 días antes de que Argentina lograra su tercera Copa del Mundo. “Querido Gino. Cartas para amar el fútbol, de una madre a un hijo”, se llama el libro que acaba de publicar a través de Fútbol Contado Ediciones.

Ayelén Pujol firma un libro tras la presentación bajo la atenta mirada de Gino.Ayelén Pujol firma un libro tras la presentación bajo la atenta mirada de Gino.En 150 páginas, Ayelén expone miedos, inseguridades, reflexiones, anhelos, sueños y emociones desde su lugar de mamá primeriza y periodista en licencia por maternidad interrumpida por una oferta laboral mientras para el campeonato del mundo hasta la participación de Argentina. Y la Scaloneta llegó hasta el 18 de diciembre y dio la vuelta olímpica.

En los primeros capítulos, la autora de “¡Qué jugadora!”, un libro sobre la historia del fútbol femenino en la Argentina, le escribe a su hija o hijo que está por nacer, que todavía no tiene nombre. Y le cuenta de manera profética: “El fútbol tiene una gran cuota de sufrimiento porque ese vacío, esa sensación de no saber lo que va a suceder, los traspiés, generan dolencias. Detrás de todo siempre está la fe. Una insiste, se sienta en la tribuna o frente a la tele, o va a la cancha con expectativas: “Y si esta vez se nos da?”.

En la presentación del libro Querido Gino, Ayelén Pujol estuvo acompañada por las periodistas Nadia Fink y Daniela Lichinizer, y el periodista Andrés Burgo.En la presentación del libro Querido Gino, Ayelén Pujol estuvo acompañada por las periodistas Nadia Fink y Daniela Lichinizer, y el periodista Andrés Burgo.Gino nació y 35 días después Argentina debutó en el Mundial de Qatar con una derrota ante Arabia Saudita. “Perder en el debut se siente parecido a dejar de creer en los Reyes Magos”, le escribe Ayelén y agrega: “Es como un golpe de realidad, como perder la inocencia”. Dos páginas después, sentencia: “Nadie te prepara para ser madre. Tampoco para una derrota con un equipo árabe”.

Argentina derrotó a México el 26 de noviembre. Dos días antes, falleció el papá de Ayelén, Ramón Eduardo Pujol. Dos días después, la autora, con dolor, le escribe a su hijo. “Hoy es sábado. Argentina ya ganó y antes de escribir estas líneas te di la teta. Hace 39 días que estás entre nosotros. Me guardo tu nacimiento como uno de los pocos momentos de felicidad que le vi a mi papá”. En la clasificación ante Polonia, enfatiza: “Hoy quiero dejarte en claro que el fútbol es un manual de enseñanzas y este triunfo contra Polonia nos permite que anotemos algunas”. Y le habla de los goles de Alexis Mac Allister y Julián Alvarez, de la experiencia de Messi, Di María, Otamendi, de la entrega de Acuña, del cuerpo técnico.

Tras vencer a Australia en octavos de final, Ayelén se ilusiona con algún día ver un partido mundialista con Gino: “Los Mundiales también sirven para pensar hacia adelante. Una excusa para tener proyectos. Ya hice cuentas. En la copa de 1930, la del Centenario del primer Mundial, la que abrió la historia, vas a tener 8 años. Quién sabe, quizá podamos ir a ver algún partido para ser testigos de algún ídolo que todavía no conocemos. O que está dando sus primeros pasos en Primera”.

Los cuartos de final con Holanda fueron para el infarto. Ayelén le cuenta a Gino: “Cómo te explico qué significa ‘qué mirá, bobo, andá pa’ allá’, una ese aspirada en el verbo, un insulto casi infantil, inofensivo pero hiriente, denigrante, casi un quiebre de cintura ante una mala palabra, y dos palabras acortadas y yidas, una gambeta al castellano. Una reacción de potrero en uno de los estadios más modernos del mundo”.

Después del contundente triunfo ante Croacia por 3-0 en semifinales y mientras Gino duerme, Ayelén se pregunta: “¿Y si estás soñando con un Messi campeón del mundo? maldita sea, qué lástima no poder tener una máquina que nos permita indagar en el origen de tu sonrisa de niño dormido. ¿Será este Mundial tu estímulo? No me hashtags caso, no sé si por el 3 a 0 o porque esta Selección fue de menos a más o porque estamos viendo al mejor Messi de todos, que me gana la ansiedad y ya quiero que hables y que patees, así jugamos a ser Lionel, el rey de la gambeta, en los jardines de un lugar”.

Tras la consagración, Ayelén se emociona y emociona. “Ya sé como te voy a presentar. ‘Hola, él es Gino, el que trajo la Copa’”, dice orgullosa. Y le cuenta: “Quiero que sepas que casi todo lo que sé de la vida lo aprendí con el fútbol, jugándolo o viéndolo. Y que si alguna vez me preguntás qué es lo que hace a la vida digna de vivirse tengo un juego con pelota para empezar a contestarte”.

En unos años, Gino podrá leer y releer lo que le escribió su mamá. Como muchos hijos e hijas han leído los testimonios, enseñanzas, anécdotas, que dejaron otras mamás y otros papás guardados en sobres con cartas manuscritas, en un viejo casete o algún video casero. Como otros recuerdan muchas palabras nunca escritas. Ayelén unió tres pasiones y dirá, siempre orgullosa, que su hijo nació más que con un pan, con una Copa bajo el brazo.

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