Las características que tendrá el bono que se ofrecerá a los importadores para que paguen las deudas acumuladas con sus proveedores todavía no fueron completamente definidas. Pero ya se le habría agregado un ingrediente. Quienes suscriban el bono que emitirá el Banco Central podrían aplicarlo al pago de impuestos.
Si bien el Banco Central ya avisó que se emitirá a distintos plazos, devengará una tasa de interés del 5% anual, se podrá pagar en pesos y hay posibilidad de rescate anticipado, emergió cierta tensión entre las autoridades y los importadores que tienen en sus manos SIRAs aprobadas por valor, según dijo el propio BCRA, de 62.000 millones de dólares, equivalentes nada menos que a 10 puntos porcentuales del PBI.
En estos días aparecieron objeciones del lado de los importadores sobre el bono en cuestión: les resulta baja la tasa de interés, cuestionan el hecho de que se amortiza al vencimiento -bullet- y que sea emitido bajo ley argentina.
Pero sobre todo, no cayó bien que los dólares que están ingresando ahora al Banco Central -compró 727 millones la semana pasada– se destinen a pagar las nuevas importaciones que se presenten desde el 13 de diciembre, es decir el flujo nuevo, y no haya dólares para ir saldando el stock de deuda acumulado.
De estos temas se habló la semana pasada y las objeciones llegarán por escrito este lunes a la Secretaría de Comercio que conduce Pablo Lavigne. La revisión de tales reclamos avanzará al mismo tiempo que se abra el padrón para que los importadores declaren allí la deuda que tienen con sus proveedores externos.
Una vez que se cierre el padrón, que estará abierto un par de semanas, se avanzará con el llamado a suscribir el bono.
En el tira y afloje entre funcionarios y empresas, el Gobierno aceptará que quien suscriba el bono en cuestión podría aplicarlo al pago de impuestos. Y lo mismo podría hacer quien compre el bono en el mercado secundario. Ocurre que los importadores podrán salir a revender el bono para así hacerse de los dólares que necesitan para saldar deudas o, en este caso, de pesos para pagar obligaciones impositivas.
Esto parece haber sido un punto clave que achicó distancias y podría garantizar cierta demanda del denominado Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL), por el que se podría emitir hasta 30.000 millones de dólares.
La pelea por cómo usar los dólares que están entrando a un Banco Central que tiene reservas negativas por más de 10.000 millones de dólares provocó también una discusión interesante. El Gobierno quiere dar 100% de certezas a quienes importen desde ahora, a partir de un cronograma preciso. Por ejemplo, los dólares para las importaciones de medicamentos aparecerán a los 30 días desde que se registró el pedido de divisas. “Esta certeza va a poder regenerar la confianza entre los importadores y sus proveedores”, dicen los funcionarios.
Desde el lado empresario opinan distinto. Aseguran que los proveedores quieren empezar a saldar ya la deuda vieja. Y por eso quisieran que al menos una parte de los dólares que lleguen al BCRA se puedan aplicar a esa deuda.
En el Gobierno dicen que quieren ser muy cuidadosos con los nuevos dólares y eligieron dar garantías a los que importen desde ahora. Y confían en que a partir de marzo o abril el panorama empiece a relajarse cuando lleguen los dólares de la cosecha gruesa. Cuentan, también, con que dada la contracción económica que provocará el ajuste la demanda de dólares para nuevas importaciones mermará.
El Banco Central mantendrá la restricción de acceso al mercado de contado con liquidación a los importadores que no compren el bono. No quieren que la demanda de divisas en ese mercados presione sobre la brecha cambiaria, que se desplomó al 21% en una semana.
Según el consultor Fernando Marull quien compra el bono importador podrá hacerse de dólares en el mercado secundario o esperar el vencimiento del bono. Calcula que el bono saldrá en el mercado secundario con un descuento del 20%. Es decir que el importador que compró el bono a $ 800 más el impuesto país del 17,5%, es decir a $ 940, al venderlo en el mercado secundario pagaría $ 1.175 por cada dólar.