Con las primeras medidas del plan Caputo en marcha, y con la certeza de que la inflación se disparará mucho más al menos los primeros meses del año, los bancos presionan para que «se desactiven» los plazos fijos atados a la suba de los precios. Algunas entidades comenzaron a «esconder» la opción de realizar plazos fijos UVA en sus aplicaciones y homebanking y por lo bajo admiten que es una opción que las deja expuestas ante el salto inflacionario.
Por ahora, rige para los bancos la obligatoriedad de ofrecer plazos fijos UVA, que tienen una duración de 90 días y que ofrecen una tasa anual que es más bien simbólica, del 1%, pero que da un rendimiento que replica la inflación acumulada en ese período de tres meses.
En la reunión que las entidades mantuvieron con el nuevo presidente del Banco Central, Santiago Bausili, se planteó desde los bancos la posibilidad de que el organismo los exima de esa obligatoriedad en un contexto, que como bien pregonan en el gobierno, se vuelva cada vez más hiperinflacionario.
Pero la respuesta del organismo fue que en esta primera fase se trabaja en ordenar los precios relativos y atender los problemas macro, que ese tema y otros relacionados con la micro economía, podrían ser atendidos recién más adelante cuando los efectos del ajuste y del plan fiscal se hayan disipado.
En las entidades reconocen que «dejaron de promocionar el producto» pero que, por ahora, lo mantienen dentro del menú de opciones. Y, ante las quejas de clientes que desde la semana pasada intentaron sin éxito colocar sus pesos a plazo atados a la inflación, responden que «sólo hay que llamar al banco o ir a la sucursal, donde se podrá hacerlo con normalidad».
La preocupación de los bancos es el «descalce» que un instrumento indexado a una inflación que podría alcanzar el 100% en tres meses les supone. Es que estos plazos fijos no tienen una cara «activa»: las entidades toman esos pesos que siguen la evolución de la inflación, pero practicamente no colocan ningún crédito del mismo tipo para solventar ese ingreso. Los préstamos UVA dejaron de solicitarse hace años, ante la disparada de los precios.
En línea con el «nuevo marco de política monetaria y cambiaria» que presentó Bausili la semana pasada, las tasas de la economía se mantienen negativas respecto a la inflación.
El Banco Central mantuvo la tasa de referencia de la economía, la de las Leliq, en 133% anual; al mismo tiempo que redujo al 100% la tasa de pases pasivos, colocaciones a un día en la que los bancos habían optado por refugiarse en las últimas semanas, ante la incertidumbre sobre la postura que el gobierno de Javier Milei tomaría frente a «la bola» de los pasivos del Central.
Así, sin crédito genuino y con unas tasas que perderán contra la inflación proyectada, en las entidades reconocen que no hay incentivos para mantener estos instrumentos.
La otra cara de la moneda son los ahorristas. Luego del overshooting (la sobre reacción) cambiaria de la semana pasada y de la profunda reducción de la brecha que se dio después, no hay en estos momentos en la economía mayores productos para cubrirse frente al fogonazo inflacionario.
Es posible que, si se cumple la tesis del equipo económico, las tasas en pesos se vuelvan atractivas en este momento frente a una devaluación que se proyecta, al menos para este mes, del 2% mensual. Sin embargo, un rendimiento del 11% por mes queda muy por detrás de la suba del IPC, que ya se proyecta entre 20% y 30% para este mes. El propio Javier Milei lo reconoció la semana pasada: los precios ya suben cerca de 1% diario.
Los bancos mantendrán esta pulseada mientras se ven los primeros efectos de un plan que promete, si sale bien, un “super peso”.