Este miércoles, las promesas del skateboard español, Danny León y Alan Kortabitarte, se han quedado a las puertas de pasar a la final de los Juegos Olímpicos de París tras caer en las rondas clasificatorias.
Son los segundos Juegos Olímpicos para esta disciplina, aún nueva para muchos aficionados, pero con una larga historia que se refleja en la amplia variedad de edades de sus competidores. No es extraño ver competir a skaters muy jóvenes, de entre 14 y 15 años, pero tampoco a otros veteranos de 51 años, como Andy Macdonald.
Entre los grandes de este deporte, el skater de Móstoles, Danny León, quien ha intentado demostrar su potencial en varias ocasiones sin éxito, tras una caída en el último intento para pasar a la final olímpica. Precisamente, el de Móstoles no guarda un buen recuerdo de los Juegos Olímpicos, ya en los de Tokio no consiguió pasar a la ronda final. Aunque, en su currículum cuenta con el trofeo del World Skateboarding Tour Dubai Park 2024, victoria que le dio el pase directo a estos Juegos Olímpicos de París.
Otra de las grandes promesas españolas era Alain Kortabitarte, quien se caracteriza por tener un estilo único desde muy pequeño. A los 10 años, Alain ya impresionaba con sus trucos y su habilidad, consiguiendo hacerse un nombre en el mundo del skateboarding. A los 18 años, y tras varias competiciones a sus espaldas, empezó a destacar en los torneos internacionales hasta clasificarse para el Campeonato Mundial de skateboarding. El guipuzcoano ha tenido dos primeros intentos malos, con puntuaciones de 29,38 y 49,21.
Los Juegos Olímpicos eran un sueño y un reto para el joven skater, quien tampoco ha conseguido pasar a la final, a la que solo pasaban los 8 de los 22 mejores skaters de la competición en las modalidades de Street y Park. Una competición que se ha llevado a cabo ante la atenta mirada del veterano y respetado en este deporte, Tony Hawk, presente en las gradas para disfrutar de este espectáculo olímpico.
Un escenario histórico
Es la segunda vez que el skateboarding tiene espacio para competir en unos Juegos Olímpicos, ya se estrenó en Tokio, pero esta vez lo hace en un escenario histórico. En plena Plaza de la Concordia.
Un icónico lugar junto al Jardín de las Tullerías y a los pies de los Campos Elíseos que ha conseguido unir historia y tradición, con un deporte moderno y transgresor como es el skateboarding. Allí se ha instalado un espectacular parque urbano, que ha acogido las pruebas olímpicas de los deportes más jóvenes, como el breaking, BMX freestyle o skateboarding. Además de partidos de baloncesto 3×3.
Un escenario histórico para un deporte que no lo ha tenido nada fácil para llegar a los Juegos Olímpicos, puesto que no todos le han dado su bendición.
