India acelera las tareas de rescate en las condiciones más complicadas mientras crece el número de víctimas de los deslizamientos masivos de tierra en la madrugada del lunes. Son ya 158 muertos y 220 desaparecidos, según el último recuento oficial, lo que acerca esta tragedia a los 400 muertos que causaron las torrenciales lluvias en 2018. El Parlamento ya estudia declarar estos corrimientos de tierra en Kerala, el estado más castigado, como un desastre natural. El Gobierno ha prometido pagos del equivalente a 2.200 euros a las familias de los fallecidos y de 550 euros a las de los heridos.
Los trabajos de salvamento se reanudaron en la mañana del miércoles después de que tuvieran que ser pausadas en la noche anterior. Más de 3.000 personas han sido puestas a salvo en una cincuentena de refugios temporales, según Nueva Delhi. Los equipos lidian con aguaceros inclementes, falta de electricidad en buena parte del distrito de Wayanad, orografía abrupta e infraestructuras arruinadas.
Sin puente
La caída de un puente ha recomendado el uso de helicópteros a pesar del riesgo en un contexto tan adverso. La crecida del río ha dejado aisladas Mundakkai y Chooralmala, lo que ha obligado al Ejército a cruzarlo a pie con cuerdas para llegar a los desesperados vecinos. La tragedia ha convocado a todas las divisiones castrenses (terrestre, aérea y marítima), la Fuerza de Respuesta ante Desastres Naturales, el cuerpo de bomberos y el de policía.
La zona había acumulado mucha agua cuando a primera hora del martes se sucedieron tres desprendimientos masivos desde las colinas. Muchas víctimas fueron sorprendidas mientras dormían y carecieron de tiempo para ponerse a salvo, ha revelado el ministro en jefe de Kerala, Pinarayi Vijayan.
Un lugareño ha revelado a los medios locales que vio varios cadáveres cubiertos de barro en sus camas. Otros muchos fueron arrastrados por las aguas desbordadas y aún hoy los equipos de rescate remontaban la corriente en lanchas y barcazas con remos. La mayor parte de las víctimas son trabajadores del té por el que es célebre Kerala.
Calentamiento global
El estado había recibido una media de 150 milímetros de agua y de hasta 250 milímetros en algunas zonas centrales y meridionales. En julio recibió un 9 % superior a lo habitual, según las mediciones oficiales, pero esta vez cayeron más concentradas en los últimos días. Son habituales las lluvias copiosas durante el monzón, desde junio a septiembre, cuando el país recibe el 70 % de las precipitaciones anuales.
Esa agua es imprescindible para la economía de un país de raíz agraria y con vasta zonas sin irrigación. El monzón ha sorprendido este año cubriendo a todo el país seis días antes de lo habitual, otro indicio de los fenómenos climáticos extremos que los expertos atribuyen al calentamiento global.
También Filipinas, Taiwán, China y la península coreana han sufrido las tormentas que esta semana llevó el tifón Gaemi. Las imágenes que llegan de Corea del Norte, con vastos parajes inundados, son inquietantes. Unas 4.000 viviendas han quedado sumergidas en la ciudad de Sinuiju, fronteriza con China, según la agencia oficial KCNA.
El río Yalu (en mandarín) o Amnok (en coreano) que separa ambos países ha registrado crecidas históricas y provocado inundaciones en toda la zona. El Politburó del Partido de los Trabajadores se ha reunido durante dos días para dirigir las tareas de rescate y su líder, Kim Jong-un, se acercó a las zonas inundadas para supervisarlas.